Es cada vez más habitual en los Juzgados de Violencia sobre la mujer la presentación de demandas civiles, bien en procedimientos de divorcio, separación o medidas de guarda de hecho, bien en procedimientos de modificación de medidas, donde se interesa la adopción de un sistema de custodia compartida con alternancias de períodos de convivencia de ambos progenitores con los hijos menores.

En efecto, la principal cuestión a resolver y dilucidar, en casos de ruptura de pareja o matrimonio con los hijos menores, es la relativa al modelo parental de convivencia que ha de regir las futuras relaciones de los progenitores con los hijos, tratando siempre de atender al superior interés del menor, y sin desconocer la interconexión que existe entre la configuración, exclusiva o compartida, del sistema de guarda y custodia, y las medidas económicas referidas a la atribución del uso de la vivienda familiar y la fijación de la pensión alimenticia.

De igual modo, resulta evidente que nuestro Tribunal Supremo ha apostado claramente por la custodia compartida considerándolo el régimen más deseable y beneficioso para el menor y por ende, su doctrina sobre la custodia compartida debe ser seguida por todos los jueces y tribunales, pues que, como indica STS 29 de marzo de 2016 (SP/SENT/847031), apartarse de la misma "pone en evidente riesgo la seguridad jurídica de un sistema necesitado de una solución homogénea por parte de los Tribunales a los asuntos simi